Las escuelas oficiales de idiomas que gestiona el Departament d’Educació están abiertas y las escuelas de idiomas privadas no. ¿Encuentras las diferencias? No las hay

Las escuelas oficiales de idiomas que gestiona el Departament d’Educació están abiertas y las escuelas de idiomas privadas no. ¿Encuentras las diferencias? No las hay

Desde nuestra Escuela de inglés Big Ben School en Sant Boi, queremos hacer una reflexión sobre la situación que estamos sufriendo las escuelas de idiomas, con las medidas establecidas por el PROCICAT. Nuestro colectivo, siempre ha aceptado las normas correspondientes para evitar la propagación de la Covid-19. Entendemos que la situación epidemiológica actual está descontrolada y hay que tomar ciertas medidas, pero no logramos entender algunas de las incongruencias que presentan.

Actualmente, las escuelas oficiales de idiomas que gestiona el Departament d’Educació están abiertas. En ellas, como es lógico, asisten todo tipo de estudiantes, desde personas mayores a jóvenes. Todos ellos reciben en un espacio técnicamente seguro, la enseñanza de una lengua. A pesar de tener un grupo burbuja fijo y cumplir con todas las medidas de seguridad, todas las personas que asisten tienen sus vidas, trabajos y diferentes necesidades.

Las escuelas de formación no obligatoria correspondientes a empresas privadas deben estar cerradas, a pesar de ejercer el mismo oficio y atender a un público que cumple las mismas características que aquellos que asisten a las escuelas oficiales de idiomas. Además, estas academias, cuentan con los mismos protocolos de seguridad y con todas las medidas de higiene y protección pertinentes.

Todos los centros educativos de educación infantil, primaria, E.S.O. y bachillerato funcionan a la perfección. Incluso se está obligando a hacer los exámenes de las universidades de forma presencial, donde centenares estudiantes, ponen en riesgo su salud, teniendo que asistir a las facultades con la concurrencia de personas que esto supone. Las escuelas de idiomas que no dependemos de la Generalitat de Catalunya hemos establecido grupos burbuja y protocolos de actuación cuando hay un posible caso de Covid-19. Nuestras clases están formadas por 12 alumnos como máximo mientras que las aulas de educación obligatoria de la Generalitat cuentan con más estudiantes de los recomendados por la OMS.

Los grupos de menor edad, considerados los menos vulnerables, son los que más están sufriendo las consecuencias de esta normativa. La educación en las primeras etapas educativas consiste en jugar, divertirse, vivenciar y experimentar. Con esta imposición los niños más pequeños están perdiendo todo el proceso de aprendizaje que va mucho más allá de prestar atención a una pantalla. Además, el hecho de seguir las clases online supone aumentar las desigualdades sociales. No se han ofrecido ayudas para aumentar la conectividad y garantizar equipos informáticos a estudiantes y docentes. Hay que tener presente la cantidad de problemas con la cobertura y la falta de medios y recursos que tienen tanto alumnos como academias.

Esta normativa es un claro ejemplo de discriminación hacia un colectivo. Lo que acabamos de mencionar, afecta a la calidad de la enseñanza y, como consecuencia, a la sociedad en general. Se nos impone una normativa distinta por el simple hecho de no formar parte del Departament d’Educació. Nunca dos palabras habían generado tanta diferencia para un colectivo educativo.

Sabemos que cada Comunidad Autónoma tiene sus propias competencias, también hemos asumido que, por parte del estado, no se está actuando en consecuencia con la gestión del coronavirus, pero hay una evidente diferencia entre las otras comunidades y Cataluña. Mientras que en el resto de España las escuelas de idiomas se consideran espacios seguros y esenciales aquí se nos atribuye parte de la responsabilidad de la transmisión del virus tomando la decisión de cerrar nuestros centros. La formación y la educación es un derecho y no se puede permitir adoptar una medida que afecte directamente a la enseñanza sin un motivo o un por qué justificado.

En educación, cuando se toma una decisión es porque ha sido consensuada y existe una finalidad pedagógica que la respalda, todo tiene un razonamiento y una base teórica. Los conocimientos previos, la experiencia y la observación de otras metodologías garantizan una educación con sentido. Parece que en la toma de decisiones respecto la Covid-19 no hay ningún tipo de justificación o motivo, no se toman ejemplos de otros países y se implementan leyes sin aparente fundamento. No logramos entender esta arbitrariedad en la toma de decisiones.

Las academias de formación no obligatoria de empresas privadas, están siendo discriminadas en esta gestión sanitaria, por parte del gobierno autonómico correspondiente a la Generalitat de Catalunya.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *